El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional, que proviene de situaciones que nos frustran o nos ponen nerviosos. Se trata de un mecanismo de superación utilizado cuando nuestro cuerpo no tiene los recursos suficientes. En ocasiones puede ser positivo, cuando actúa como un proceso general de adaptación de los individuos al medio, a esto le llamamos estrés agudo.
Nuestro cuerpo reacciona al estrés liberando hormonas que hacen que nuestro sistema nervioso central (SNC) esté alerta.
SNV se divide en dos
ORTOSIMPÁTICO.
Su función principal es preparar a nuestro organismo para responder a estímulos externos o amenazas, lo que supone un gasto energético importante con el fin de asegurar la supervivencia.
PARASIMPÁTICO.
Se encarga de realizar los procesos que suponen al organismo un ahorro energético (digestión, reparación, descanso).
Para que nuestro organismo tenga un estado óptimo de funcionamiento debemos buscar el equilibrio entre ambos sistemas.
Cuando mantenemos en el tiempo este tipo de situaciones de amenaza, generamos un ESTRÉS CRÓNICO. Esto supone que nuestro cuerpo se mantiene alerta (SN Simpático) incluso cuando no hay peligro, generando mayor gasto energético continuo en nuestro organismo. De esta manera, no dejaremos al SN Parasimpático actuar para regenerar nuestro cuerpo.
Para que nuestro organismo tenga un estado óptimo de funcionamiento debemos buscar el equilibrio entre ambos sistemas.
Cuando mantenemos en el tiempo este tipo de situaciones de amenaza, generamos un ESTRÉS CRÓNICO. Esto supone que nuestro cuerpo se mantiene alerta (SN Simpático) incluso cuando no hay peligro, generando mayor gasto energético continuo en nuestro organismo. De esta manera, no dejaremos al SN Parasimpático actuar para regenerar nuestro cuerpo.
¿Qué problema de salud conlleva esta situación?
- Presión arterial alta.
- Insuficiencia cardíaca.
- Diabetes.
- Obesidad.
- Depresión o ansiedad.
- Problemas de la piel, acné o eczema.
- Desajustes menstruales.
El estrés, en ocasiones, es causa de síntomas físicos y psíquicos como:
- Diarrea o estreñimiento.
- Mala memoria.
- Dolores de cabeza.
- Falta de energía o concentración.
- Disfunciones sexuales.
- Dolor mandibular o bruxismo.
- Cansancio general.
- Cambios de conducta.
- Insomnio o exceso de sueño.
- Uso de alcohol o drogas para relajarse.
- Cambios de peso bruscos.
- Desgaste a nivel celular y envejecimiento.
¿Qué podemos hacer para reducir el estrés?
- Reconocer las situaciones que lo desencadenan y tratar de lidiar con ellas de la mejor forma posible.
- Evitar paliar el estrés mediante hábitos poco saludables (comer en exceso, fumar, beber alcohol…).
- Alejarse lo máximo de la fuente potencial de estrés.
- Hacer ejercicio de forma regular para liberar tensión.
- Adoptar una postura más positiva ante los problemas y situaciones complejas.
- Aprender técnicas de relajación, realizar actividades como yoga o pilates.
- Aprender a poner límites si el estrés es por un exceso de tareas originadas en el trabajo o en el ámbito familiar.
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